blog de lourdes vicente: noviembre 2025

martes, 4 de noviembre de 2025

Las hormigas, una parada de autobús en mitad de la nada y Byung-Chul Han.

No tenía a las hormigas por tan buenas tejedoras de nidos. Encontré un área del campo sembrado de ellos, tan delicados, que caminé con cuidado para no pisarlos. Los cráteres, adornados con semillas, abren una vida extraordinaria bajo el subsuelo. Las obreras crean galerías de cría, de alimento, de descanso y de regulación térmica. Menuda obra de ingeniería natural y vaya un sindicato de currantas.

Me recordó la aventura del día anterior. Era la primera vez que me iba a la montaña en autobús y me informaron mal. Me quedé tirada en una parada de autobús en medio de poca cosa. Solo tenía que esperar siete horas y media para que el autobús de enlace me llevara a Alcalá de la Selva. Obviamente había que buscarse la vida. Entre mi hermana y yo fuimos hablando con camioneros para ver si alguien tomaba esa dirección pero nada. Me acerqué a una gasolinera buscando posibles coches y tampoco hubo suerte.

La chica de la gasolinera me dijo que tenían un grupo de WhatsApp para ayudarse unos a otros a moverse por la zona. Me pasó el enlace y a las horas los administradores me dieron acceso de entrada. El grupo se llama “Transportes” y tiene 311 miembros. Están a lo que están, como es la gente de allí.

“Necesito ir de A a B. ¿Alguien disponible? Ayudo en gastos”.

Han tejido una red de apoyo para moverse porque el transporte público es prácticamente inexistente. Brutal. Los humanos hacemos de la necesidad virtud; las hormigas solo sobreviven así.

El libro que acabo de terminar de Byung-Chul Han, “Sobre Dios”, dialoga con Simone Weil y habla de muchas cosas; entre otras del universalismo de Weil que concibe la justicia en base a la alteridad y de la generación de espacios sociales fuera de la economía.

Las hormigas lo tienen más claro. También están a lo que hay.